Queramos reconocerlo o no, y aunque pueda parecer una opinión catastrófica, lo cierto es
que el planeta se encuentra en una encrucijada. No lo dicen solamente los ecologistas, sino
importantes investigadores, científicos, pensadores, responsables sociales e incluso altos
mandatarios políticos.
Sabemos que es fácil y con frecuencia inútil, caer en la interminable enumeración de
problemas y catástrofes ambientales que soporta nuestro Planeta. Describir calamidades no
es agradable, ni para el que las cuenta, ni para el que las escucha, pero únicamente la
información y la concientización puede corregir situaciones equivocadas y mitigar sus
consecuencias.
Actualmente existen una serie de problemas humanos y ecológicos que necesitan urgente
solución. Estos problemas que se enumeran son los más importantes, aunque no los únicos:
PRESIÓN DEMOGRÁFICA
la población mundial se incrementa en 90 millones de personas
cada año. Esta saturación demográfica es la causante indirecta del aumento de los
problemas sociales en el mundo, como la emigración, el racismo, la xenofobia, entre otros
problemas. Del agravamiento de los conflictos bélicos y la conculcación de los derechos de
la persona en zonas complicadas políticamente, del hambre y las epidemias, de la
expoliación que sufren los recursos naturales, del aumento del consumo energético y de los
problemas añadidos de contaminación en el agua, en la tierra y en el aire.
LA DEGRADACIÓN DEL AIRE:
la atmósfera de este planeta está enferma, son muchas las
agresiones que constantemente recibe. Todos los seres que habitan este planeta absorben,
de una u otra forma, gases y partículas peligrosas para su salud, capaces de desencadenar
mutaciones genéticas, problemas congénitos y distintos tipos de cáncer.
LA ENERGÍA
es la causante indirecta de gran parte de la contaminación, contribuyendo de
forma fundamental al efecto invernadero y calentamiento global del planeta. Los
carburantes de automoción son responsables del mayor porcentaje de emisión de C02 a la
atmósfera. En un principio, se creyó que la energía nuclear sería la solución definitiva a la
contaminación por combustibles fósiles, pero, el resultado ha sido bien distinto. No solo no
se ha acabado con el problema de los contaminantes, sino que a estos se ha añadido el
ingobernable problema de qué hacer con los residuos radiactivos. Si a esto sumamos el
potencial peligro de accidente en las centrales nucleares, encontramos pocas razones para
apostar por la energía nuclear en el futuro.